La cerámica no es solo un oficio para mí, es una pasión arraigada en lo más profundo de mi ser, una conexión con mi tierra, Castellón, donde la tradición cerámica late con fuerza desde hace siglos. Desde el momento en que decidí estudiar la carrera de cerámica en la Escal, supe que este camino sería más que una simple formación académica; era el inicio de una vida dedicada a la experimentación, la creatividad y la innovación.

A lo largo de mi trayectoria, he acumulado una amplia experiencia que me ha permitido no solo dominar las técnicas tradicionales, sino también explorar nuevas formas y materiales. Para mí, cada pieza es un reto, una oportunidad de jugar con texturas, colores y formas que reflejan mi visión artística y mi búsqueda constante por romper barreras en este arte ancestral.

Cada paso es una experiencia sensorial y emocional, un diálogo entre mis manos y el material, una forma de expresar lo que llevo dentro. No solo creo objetos, sino que doy vida a ideas, a emociones, a historias que quedan impresas en cada obra.